lunes, 8 de abril de 2013

¿ A qué dirías que huele la libertad? Caminando por inercia, en la calle. Ya no necesito drogas para volar mi cabeza. 
Una chica abraza a un chico y llora, rogándole que no se vaya esta noche.
Bocinazos, puteadas. Y en la calle paralela, soledad. Tristeza en la avenida, y al lado la oscuridad.
Muchas ideas se perdieron mientras camino escuchando un tango. Y ahora algo mas fuerte que me recuerda que llego a lo de siempre. A lo que soy, lo que es mi realidad diaria.
Pero no tengo razón válida para caminar con la cabeza gacha. 
De la miseria se ocupan los políticos. De generarla. Y las marionetas que somos nosotros, nos ocupamos de perpetuar esta condición humana e inmunda. 
¿Por qué todos mis escritos son iguales y tienen la misma línea? Porque tengo la mente rancia, y la vida se encargó de hacerla así.
Me gusta caminar conmigo misma y mirar el cielo. 
Tenían razón: no hay nada mas hermoso que la libertad. Y la soledad es el precio a pagar por ese hermoso concepto. 
Estoy pudriéndome por dentro, sin embargo, y busco encadenarme y callar mi voz, callar esa vocesita que siempre se está quejando dentro de mi. Callar ese corazón que quiere salirse de mi pecho y romperte a golpes cuando le decís cosas que lo hieren.
Me enseñaron que eso es lo que está bien. 
Qué poder tuvo la educación, y qué poder tiene el adoctrinamiento para convertirme en una infeliz; para convertirnos en esclavos de los nuevos siglos. 
Otra charlatana disfrazando su circo con palabras elegantes en la tele. Pero cuando tiene que dar la cara, de repente está de vacaciones. Ésta y tantos otros, los imagino riendo ante nuestra impotencia.