miércoles, 27 de agosto de 2014

Bueno, voy a intentar hacer un poco de abstracción aquí.
Cuando uno escribe, tiene el poder de contar verdades
de contar mentiras
de fabricar fantasías
o de romperlas.
Leyendo a varios escritores
leyendo sus vulgaridades
leyendo sus ternuras
y sobre todo sus delirios,
me he dado cuenta de que escribimos sobre lo mejor,
lo mejor de lo peor
lo mejor de lo más bello que tengamos para escribir
para contar y para regalar,
pero no se suele ver que alguien escriba sobre lo peor de sí,
porque lo peor
¿a quién puede encandilar?

El caos es bello si se lo pinta como una cosa única
cómo algo sublime
hasta en la desgracia hay esperanza
y en el horror hay arte
Pero hoy me siento algo tortuosa
por no poder pasar por la garganta de mi apreciación
las cosas que leo,
a penas puedo con los sonidos
y de repente las voces humanas me caen cómo taladros a la mente

En realidad, ahora
me sigue pareciendo que escribo lo más bello sobre lo peor
(sí, todavía no encuentro la forma de no dar lo mejor de mi
hasta cuando quiero decir lo peor de mí)
y como se que no me voy a alejar de esto..
veo que el horror está en mi mente,
cuando tengo ganas de hacer las cosas como me gustaría lograrlas
y me encuentro otra vez nadando en mi obviedad
que sabe rancia de tantas veces que pude probarla

De tanto pensar en ésto, en aquello
en cómo salirse de lo común
de lo que se cuenta siempre,
no encuentro motivos para emitir sonidos
más que para dar a conocer un dolor

Lo que intento decir
quizá
es que no le veo sentido a nada
pero es a la vez algo que me despierta interés,
el saber hasta dónde puede llegar el desencanto
hasta dónde puedo sentirme aislada y marginada
cuánto falta para salirse del cuerpo
para perderse en una marea humana,
cuánto debo trabajar mi poder
para mirar al sol
y liberar mi mente de las sombras mundanas que la cubren con un manto frío
cargado de rencor y hastío

Y otra vez
aunque no lo crea
estoy dando lo mejor
de lo peor
lo más poético
y odiado
de lo que trato de sacudirme de encima

En fin es cierto
que todos pensamos
todos damos
lo mejor de lo peor
algunos se enorgullecen
y mienten
alegan ser humildes
se fuman un cigarrillo
toman un whisky
otros miran en silencio una ventana
y las gotas que la acarician
otros caminan en invierno
con la cara cubierta por un pañuelo
ellas dicen ser diferentes
¡quién pudiera ser diferente!
quién pudiera sentirse más, sin sentirse mal
porque quién se siente menos, no se da la libertad de ver lo que es cierto

Cuánto abrazaría el sentimiento de estar seguro de lo que se dice
de no odiar cuanta saliva vuela por el aire
saliva que podría usarse para humedecer una campanilla
un paladar
resecos
por la ansiedad del día
cuánto
le daría
a no-se-quién
para no necesitar nada de lo que necesito
y cuánto dejaría para poder dar lo peor sin sentir que es lo mejor..